domingo, 3 de mayo de 2015

TAMAULIPAS: EGIDIO TOCA EL ARPA







NOTA DEL BLOG: LA OPINION DE UN TAMPIQUEÑO CON CONOCIMIENTO DE CAUSA

 Carlos Heredia Zubieta Nació en Tampico, Tamaulipas. Desde 2009 es profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde coordina el Programa de Estudios de Estados Unidos. Es coordinador académico del Diplomado en Migración y Gobernanza del CIDE e Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultural del Diálogo, AC. Fue diputado federal (PRD) en la 57 Legislatura al Congreso de la Unión. De 2003 a 2008 fue asesor en asuntos internacionales del
Gobernador Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán. Es asociado fundador del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi) y del Consejo Asesor del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson, en Washington, DC. Habla inglés con acento de Minnesota y francés con entonación quebequense, aunque su sueño dorado es aprender chino mandarín. Nunca aprendió a tocar instrumento musical alguno, pero no canta mal las rancheras. Le va a las Chivas y al Barça. Es fan del cine de Iñárritu, de Almodóvar y de Tarantino. Es economista egresado del ITAM, con Maestría en la Universidad McGill, y estudios de Doctorado en la UNAM

TAMAULIPAS: EGIDIO TOCA EL ARPA
Este es el balance de Miguel Ángel Osorio Chong a casi un año de lanzado el operativo federal para ‘rescatar’ Tamaulipas: tras la detención de 14 de los 15 líderes criminales más buscados, se lograron bajar los índices delictivos en todo el estado.
Osorio habló para responder a las expectativas de Los Pinos.
Sin embargo, otros diagnósticos son diametralmente opuestos a lo que dijo Osorio. 
_El diario El País se refiere a Tamaulipas (15 abril 2015) como ‘el estado más violento de México, un humeante cráter de calles abandonadas y miradas huidizas’.
 _El Departamento de Estado estadounidense recomienda evitar cualquier viaje “no esencial” al lugar. 
_Desde hace siete años los embajadores de Canadá en México no se paran en el estado a causa de la violencia.
 
La realidad que vive la gran mayoría de los tamaulipecos difiere completamente de lo expresado por el secretario de Gobernación.

“Las balaceras, bloqueos y quema de vehículos no nos permiten hacer nuestra vida cotidiana. La gente sale de día.
 La mayoría de las personas están encerradas. Han cerrado más de 50% de los negocios, todos los que ya no podían seguir pagando (derecho de) piso… en la entidad, autoridades y crimen son lo mismo”, según testimonios recogidos por Sanjuana Martínez, de La Jornada.

En Tamaulipas la tasa estatal de asesinatos duplica la media mexicana, y la de secuestros es seis veces superior. Por las aduanas fronterizas se introducen armas y sale droga. Caen los capos, pero continúan la corrupción y las extorsiones, porque las redes criminales gozan de protección política y judicial.
El propio Osorio Chong lamentó que por años en Tamaulipas se dejó que los grupos delincuenciales se volvieran los más violentos del país, pero nada dijo respecto a acciones en contra de los responsables de haber convertido al estado en un coto de caza para los criminales. 
Todo empezó en el sexenio de Manuel Cavazos Lerma. Tomás Yarrington Rubalcava (1999-2005) se volvió su cómplice, y es buscado por autoridades estadounidenses desde mayo de 2013 por crimen organizado y lavado de dinero.
 Eugenio Hernández Flores (2005-2010) fue subordinado de los criminales; la Agencia de Control de Drogas DEA señaló en octubre de 2014 que él usó a su cuñado para lavar dinero. 
 Egidio Torre Cantú (2011-2016) ha nadado de muertito desde el primer día de su mandato. Todos ellos gobernadores priístas.
La noche del 17 de abril de 2015 Reynosa ardió en llamas por el crimen organizado. Egidio estaba en una fiesta en el DF y al enterarse de los hechos se limitó a señalar: “Ya se están haciendo cargo”, y permaneció en la fiesta. Como Nerón, quien tocaba el arpa mientras Roma se incendiaba, Egidio sigue impávido y parece decir “ése no es mi problema, yo les rescaté la elección de gobernador, esta bronca le toca al gobierno federal”.
Que se pudra Tamaulipas, parece ser la actitud de autoridades federales y estatales —al fin y al cabo el estado es uno de los nueve que nunca han tenido alternancia—.
 El PRI le apuesta a seguir en el Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria, aunque su irresponsabilidad convierta a la entidad en un infierno.
Al final no todos son iguales. Hay funcionarios que sí cumplen con su deber, periodistas que tratan de informar la realidad, y militares que combaten al crimen en vez de encubrirlo. Y 3 millones de tamaulipecos que resisten.
¿Hasta cuándo las autoridades actuales van a seguir protegiendo a ex gobernadores, alcaldes, políticos y falsos empresarios coludidos con el crimen organizado? ¿Acaso la PGR no sabe quiénes son? ¿Teme la Segob que el PRI pierda las elecciones si la verdad sobre los políticos involucrados con el crimen organizado sale a la luz del día? ¿Hasta cuándo?

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